viernes, 3 de febrero de 2012

5.56 (116) Agradecimientos

Agradecimientos
No me queda sino agradecer a todos los que colaboraron en que mi camino fuera tan interesante como resultó ser, al menos para mí. Me gustaría que también resulte mi narración de interés para alguno más. Si lo he conseguido, el mérito es compartido. Me ayudaron los amigos de que hablaba en prólogo con los regalos que me fueron de utilidad. También la aportación de Dino y Luzinda fueron fundamentales en el diseño del trayecto de sur a norte. También agradezco a cuantos anónimos me dieron alguna información de utilidad. Y soy feliz de haber mantenido la amistad con muchas de las personas que el camino me ofreció. Me lamento de los que se perdieron en la maraña de Internet.

Ya en la realización de este blog, tengo que volver a agradecer a Lidia quien, como en el viajedejavi del norte, también me ayudó y a Oihana, ambas del KZgunea de Irun que, además, me ayudó a escanear los documentos complementarios al viaje y me incorporó a la carpeta compartida de usuarios, necesarios ambos para poder hacer el montaje de texto y fotografías. Otras ayudantes del mismo servicio o que hacían sustituciones me dieron ayuda puntual. A todo el equipo de KZgunea, ¡gracias!

Y también agradezco, me agradaría haberos divertido, a quienes me leéis y habéis hecho comentarios. En cuanto pueda, seguiré narrando mi viaje alrededor de la península ibérica, en el tramo Andalucía-Murcia de 2008. De momento quiero narrar mi viaje con el Imserso de este año Enero de 2012. Creo que lo llamaré minserso.blogspot.com (desde Google). Un viaje de dos semanas, sin apoyo de diario y que se irá construyendo por las imágenes. ¡A ver que tal me sale! Hasta pronto. Os quiere. Javier.

Regreso a casa 4.56 (116) 27 de julio de 2007, viernes. Santander-Irun

4.56 (116) Santander-Bilbao-Donostia-Irun (en trenes de vía estrecha)

Me levanto una sola vez para orinar. Cuando me despierto a las 6:15h el madrileño se está quitando el calzoncillo y poniéndose las mallas y sale a recepción. Orino de nuevo y hablo con él y es cuando le veo hacer la operación de llenado de agua, que desparrama por el suelo al no encajarle bien el tapón con el tubito chupón. Cuando me vuelvo a la cama, ya que no tengo tanta prisa por salir, llega ella. Sigo en la litera hasta las 7:00h. Suena la alarma de un móvil. Jacques y alguien más, se ha pasado toda la noche roncando; el madrileño se ha incorporado mosqueado. También ha habido movida de una madre con su niño que, ahora, duerme plácido. El hospitalero va a despertar a Jacques (por mandato suyo, supongo), ya que él, hasta las nueve, no tiene bus. Pero hay que desalojar el albergue para las 8:00h. Me despido de Jacques y, salvo que nos veamos en Irun, "¡atutaleg!".






Del albergue a la estación de Feve pasando por la Catedral de Santander
Salgo del albergue a las 7:30h. Saco dos fotos a la Catedral, una con reflejos en el agua.


Desayuno ensaimada de cabello de ángel y descafeinado (1,90€). Llego a Feve y saco billete con descuento (3,50€) y cambio el billete de 50€. Tardan en poner el nº de andén, pero será el 7, aunque hace ya mucho rato que el tren está en esa vía. Vamos muy poquitos pasajeros. Escribo hasta las 9:00h sin ver nada de interés en el paisaje.
En Bilbao visita al museo de Arte Sacro
Saco foto de la estación de Feve a Santander que me parece curiosa, como de juguete, y me gusta.

Saco otra foto de la ría con reflejos en el agua y me gustan más los reflejos que lo reflejado.



Al pasar por el Arriaga, lo fotografío, pero, con tanto cable de Eusko-tran, es difícil conseguir algo bello y con calidad.

Llego a la estación de Eusko-Tren, también difícil sin cables y cojo el billete a Donostia por 6,20€. Hasta que no cumpla los 65, aquí no tendré descuento.







Y como tengo tiempo, me voy a ver el Museo de Arte Sacro (2€). Con este último pago, buen momento para hacer cuenta de gastos:
Pagos con Visa-Lector 10 (419,04€), con Visa-Laboral (421,65), en efectivo (1.095,21€). Total: 1.935,90€.
En el museo veo un Cristo que me parece muy barroco y quiero fotografiar; no me había dado cuenta de ninguna señal que lo prohibiera, y recibo una advertencia por megafonía. Menos mal que no la he llegado a sacar y, al final, cuando salgo, me disculpo.



De Bilbao a Irun
Voy al tren con tiempo y sale puntual. Toda la primera parte del trayecto por Vizcaya, el tren va por interior y no tiene ningún interés para mi viaje.


Hasta que no llegamos a Deba, no vuelven a surgir los recuerdos de las primeras etapas del Norte, en 2006. Fue en Deba, donde tomé la decisión de olvidarme del camino oficial a Santiago y seguir hacia Mutriku y Ondarru.


Además a Deba llegué convaleciente de mi tendinitis de rodilla, producida en la primera etapa Donapaleu-Donibane Garazi; además, tampoco estaba utilizable el albergue municipal, pues lo estaban saneando y tuvimos que irnos a otro privado, en Lastur.

No será hasta salir de Deba hacia Zumaia, cuando encontraré los túneles obsoletos que me sirvieron para acortar camino, bien orientado por un ángel de la guarda, éste con vestuario deportivo negro, que hacía deporte con sus perros. Me desvié también del camino oficial y transgredí las recomendaciones de Eusko-Tren, cruzando las vías con precaución, aunque por donde no debía. Aquí está la boca de entrada al primer túnel.



Tras pasar la estación de Zumaia, una visión de lal río Urola en su búsqueda del mar. A izquierda la iglesia parroquial que no deja ver la talasoterapia milagrosa de Zelai, donde curaron mi tendinitis y la ermita Arritokietako Andra Maria, donde dormí, cerrando la puerta del cementerio.













Y con estas imágenes y llegando bien a Donostia, continué camino, ya con mi billete anual de Eusko-Tren, hasta Irun, donde resido. Fin de mi regreso a casa.
Por la tarde abrazaría a mis hijos y nietos y oiría cantar a Julen como colofón de la euskal-eskola de verano.

Regreso a casa 3.56 (116) Ferrol-Santander

3.56 (116)  26 de julio de 2007, jueves. Ferrol-Oviedo-Santander

El teléfono me despierta a las 7:00h. Cago, me afeito y lavo, pero no me ducho; recojo todo y para las 7:30h ya salgo. Abro la puerta y echo las llaves en el buzón, como me dijo ayer la dueña. Desayuno en el Zahara (2,50€). Llego a Feve y presento la tarjeta descuento, pero sólo era válida para 2006. Como ya tengo experiencia del año pasado, pido la nueva de 2007 y compruebo con Juan Carlos, que ha pagado de Ferrol a Oviedo, tanto como yo hasta Santander (18,20€), en este precio está incluida la tarjeta de cliente, pero no tengo el dato para desglosarlo.

Ferrol-Oviedo. Un trayecto lacrimógeno
Me pongo a hablar con él, pero está molesto porque le llora un ojo, pues ayer, jugando con un sobrino a baloncesto, se dio un golpe; el día de Santiago había venido a celebrar su Primera Comunión; vino sólo él porque su mujer trabajaba y tampoco se puede quedar más tiempo porque tiene una hija de tres años y medio a la que atender. Juan Carlos es profesor de ESO, de educación especial. De no ser por la molestia del ojo, que le invita a adormilarse para que descanse, habría sido un viaje muy ameno. Me viene bien para disfrutar del paisaje a partir de Ortigueira. Irán pasando O Barqueiro (Estaca de Bares), O Vicedo (y la buena posada), Viveiro (y el café del cura), San Cibrao, Madeiros (veo el apeadero de mi dormida), Burela, Foz, Barreiros (y mi dormida en el campo de fútbol del Celta), Ribadeo (esta vez no haré uso del albergue), Tapia de Casariego (mi última noche con los iruneses Mari Paz y Ricardo, a los que nunca más volví a ver), La Caridad (y Borja), Navia (y mi colitis), Luarca (y lo lejano del albergue), Soto de Luiña (la diarrea y la cena magnífica), Cuidero, El Pitu (Selgas). Cuando he pasado por O Vicedo, veo que siguen sin borrar el letrero pintado en la fachada de la pared de la casa: CAMAS y COMIDAS. Juan Carlos se despierta intermitentemente y, en una de ellas, le echaré gotas en los ojos. Le caen lágrimas a borbotones. Yo me emociono con el recuerdo y él llora. Me cuenta que tuvo un accidente cuando era niño: un compañero le clavó un dardo, de fabricación casera, en un ojo (menos mal que era una punta fina) y, no hace mucho, le han tenido que hacer un transplante de córnea, pues ya no resistía. Todo me lo cuenta llorando. Al pasar de O Barqueiro a O Vicedo, me doy cuenta de que el puente por el que estoy pasando ya lo fotografié a la ida el año pasado en el momento que pasaba un tren. Sería gracioso que fuera el mismo de la mañana en que ahora voy; hacer ciencia ficción y buscar en la ventanilla del tren al Javier de 2007, en ese tren de 2006.  O ver ahora, desde el tren, pasando por el puente, a pie, al Javier de 2006. Dejar volar la imaginación es libre. Por el paso intermedio hay dos operarios y uno de ellos saluda. Viveiro, de encontrados recuerdos. Paso la playa de los Alemanes (con la sirena del mar, durmiente). Han montado unos que califico de exdrogatas en proceso de rehabilitación (no recuerdo qué hechos objetivos me llevan a tal conclusión); bajarán muy pronto del tren. Rinlo, de infausto recuerdo. En Ribadeo montan gentes con mochilas y bicis sobrecargadas. ¡Habrán dormido en el albergue del Camino de Santiago! Otros montan en la otra dirección, con idea de visitar la playa de las Catedrales. La marea baja es a las 12:30h. Llegando a Oviedo, me despido de Juan Carlos que, no lo he dicho, es de Bilbao. Antes de bajar, el revisor me da tres tarjetas: una para salir, otra para volver de comer y otra para pasar a la vía hacia Santander.

Oviedo-Santander. Jacques de La Rochelle
Como en la propia estación un menú de 7,50€. Me atienden bien y rápido, ya que tengo suerte y hay poca gente comiendo. En la barra, una sudamericana toma el pelo a un calvito maduro. Le está diciendo "escribí pidiendo (no sé qué y no sé cuantos) y un hombre con melena al viento... y apareciste tú". Lo tiene embelesado, como hipnotizado. Busco el retrete y un chico me manda hacia abajo. Salgo, paso con la segunda tarjeta: vías 1-5, pregunto en un tren y me dicen que debo pasar por debajo de la plataforma. Veo el vagón que va a Santander, subo, dejo la mochila sobre el rebosadero y la pequeñita Visa sobre el asiento. Hablo con una mujer que va a trabajar y se bajará en estación próxima. Ha estado de vacaciones en Portonovo y Sanxenxo. Está de acuerdo conmigo de que está mejor Portonovo ¡Con lo bonito que era Sanxenxo! También visitó Ons, pero no se acercó a la playa de Melides. Dice que hizo seis horas de recorrido, por el Buraco do Infernu y yo le digo que lo hice en menos de tres horas. Ella baja y monta otra con móvil (no necesita compañía) y baja enseguida. Monta uno de La Rochelle (parece que se repite mi primera etapa en l'Etoile de Gibraltar de 2006), que hizo de Porto (Mira) a A Coruña y que va a intentar, como yo, encontrar albergue en Santander. Dice que hay fiestas y que tendremos dificultades. Ya se verá. Jacques se ha cambiado de sitio, dejando la mochila, cuando han anunciado la subida de un grupo de portugueses. Me ha extrañado que tardara tanto en volver del retrete y me he dado cuenta de que estaba en otro asiento, se ha puesto delante, "para estar más fresco", me dice Jacques. Entramos al Sella y suben los portugueses. Hay mucha gente espectante en el río, pues hay bajada de canoas. Una señora me había advertido que otro río que había visto antes era afluente del Sella y me avisa cuando aparece el auténtico. Me supongo que lo que se celebra es la famosa Bajada del Sella. Me sientan a una señora portuguesa en el asiento de al lado y como tiene bajo nivel de castellano y yo no demasiado de portugués, la conversación se morirá solita. El resto de portugueses tampoco da mucho juego. Se bajan en Ribadesella, donde les espera un autobús. En otra parada hay esperando muchísimos niños scouts con sus monitores. Se suben dos o tres, pero les hacen bajar, puesto que ellos van en la otra dirección. Sólo hay una vía y tendrán que esperar. Me agrada reconocer la zona de la playa de San Antolín, donde pasé tanta zozobra y vi la linda playa de Guilpiyuri ¡Qué recuerdos! Llegando a Celorio me gustaría recobrar memoria, pero ni el Borizu, ni el resto de playas; lo mismo me pasará en Llanes. Aunque reconozco el paso por Unquera, no consigo ver la casa roja, aunque sí la salida al mar de la ría de Tina Mayor; luego veré la de Tina Menor; también la zona industrial de Polanco, por donde pasé hacia el albergue que sólo tenía seis camas. Se me despista el paso por Mogro y el puente prohibido y llegamos puntuales, al igual que a Oviedo, a Santander. Espero a que baje Jacques y pregunto la hora del Feve para Bilbao de mañana. Será a las 8:00h, el primero. Acompaño a Jacques, que va a preguntar por su autobús a Irun de mañana: hay más que los que pensaba y hasta uno de lujo por 45€. Pasamos por la catedral; bajamos y subimos escaleras. Hay tres camas libres, pero hay que esperar la llegada de posibles peregrinos, que tienen preferencia. Me parece correcto y le propongo bajar a cenar donde Dora; pero él insiste en asegurar cama y el hospitalero accede. Una vez asegurada la cama, sin ducharnos, bajamos donde Dora. Recordará mis espinas relamidas del txitxarro, pero me llamará Ignacio, en lugar de Javier (tampoco tan lejanos en el parentesco jesuítico). Jacques y yo cenaremos ensalada y sardinas, pequeñas, limpias de tripa y ricas. Mi plato queda con seis espinas mondas y lirondas y el de Jacques lleno de restos. Un flan con dos galletas completará la cena (7,50€). Dora, además de dueña del bar, hace de hospitalera y, salvo en verano, en que vienen hospitaleros de otros lados, el resto del año, está ella. Nos hemos bebido una botella de vino, pero a Jacques le pide el cuerpo una última copa. Me dice que esta última es de peor calidad que el vino de la botella; como yo no he bebido una última copa, no lo puedo confirmar ni negar. Llegamos al albergue justamente en la hora límite, las 22:30h. Vemos al hospitalero nervioso y dice que se quedarán fuera los que no han llegado; parece ser que, mientras cenábamos, ha llegado un alemán que se ha quedado sin sitio. Jacques siente remordimientos, por haberle quitado el sitio con menos derechos pero, al saber que tenía dinero para pagarse una pensión, se le acaban los escrúpulos de conciencia en el acto. Jacques es un hombre soltero que vive en un apartamento ¡de 70m2! a banlieu, en La Rochelle. Cuando asa sardinas, lo hace en casa de su hermana, que tiene casita con jardín y barbacoa. No echa en falta el matrimonio y está satisfecho de cómo le va en la vida. Se jubiló hace un año y se considera menos simpático que yo. El hospitalero le ha dicho que proximamente su credencial no valdrá, puesto que los obispados van a asumir como único el modelo de credencial que yo llevo. Él no me entiende y se lo vuelvo a explicar. Él no cree que eso suceda ya que cree que algunos Amigos del Camino de Santiago son muy suyos y no lo permitirán. ¡Ya se verá! Cuando estamos para meternos en la cama, el hospitalero apaga todas las luces ¡A dormir! Pero todavía tendrá tiempo Jacques de ducharse y yo lo dejo para mañana, cuando llegue, ya tranquilo, en casa.

Otros caminantes
Un madrileño que va con su pareja, lleva un pie destrozado. No sé cómo lo van a hacer para, sin perjudicarse, continuar el camino los dos juntos. Él lleva dos litros y medio de agua en la mochila. Me dice que la lleva porque se la bebe; además lleva botancas, bastones, capa de lluvia y demás. Dos chicas hacen planes para llegar a Polanco. Aunque la recomiendo, nadie va por Covachos. Ofrezco la cama de abajo a Jacques y yo cojo la de arriba. Durante la noche, mi joven vecino, ¿alemán?, pasará sus pies a mi cama y haremos piececitos involuntariamente; también algún toque con rodillas y brazos; nada que produzca una emotividad sexual, ni siquiera sensual. Hoy ha sido día sin fotos. Siento no haber dejado constancia de los dos trenes Ferrol-Oviedo y Oviedo-Santander.

viernes, 13 de enero de 2012

Regreso a casa 2. 56 (116) Ferrol-Ferrol

Regreso a casa 2. 56 (116)
25 de julio de 2007, miércoles. Ferrol-San Xurxo (en bus)-San Xurxo-Covas-Ponzos-Covas (a pie) -Covas-Ferrol (en bus).

Me despierto a las 7:30h y alargo hasta las 8:20h. ¡Qué bien se está en la camita! Me ducho y lavo calzoncillo y camiseta y lo secaré por el camino. Son las 9:30h y bajo a desayunar. Como un caracol (no especialmente sabroso) y el consabido descafeinado con leche (2,50€). El hombre de la barra me hace un pequeño esquema para poder llegar a las playas que busco, que es el objeto de estar en Ferrol y que viene derivado de que cuando me encontré con Bosco, en la playa de Valdoviño, el pasado año y me orientó hacia el Camino Inglés me las perdí y, después, en playa Insua, la chica que me recomendó para dormir los Castros de Baroña, para comer la empanada de milho de berberechos en Noya y subir a las cubiertas de la Catedral de Santiago, también me dijo que me había perdido las playas más bonitas de Galicia. Ahora, ya en tiempo extra, aprovecho para recuperarlas.

Zozobra para lograr el medio de transporte público idóneo
Hecha ya la explicación, el del bar me dice cómo llegar a la estación de autobuses, que está próxima a la estación de Renfe y Feve. Cuando llego, me dicen que los autobuses para Doniños, salen de Correos y, en Correos, que vienen del puerto y que paran en la misma calle del Zahara-2. ¡Tanta vuelta para parar casi en el mismo sitio del inicio! He pagado en el bar con monedas y ahora voy a tener problemas, como ayer Rubén, para pagar el bus con 50€. La historia se repite. ¿”Por qué será que una experiencia, en la que he participado activamente, me sirve para otra similar y tan próxima en el tiempo?”, pienso.





Me acerco al Zahara y explico al del bar, pero tampoco me puede cambiar el billete y tampoco los clientes que están en el bar. Se me enciende la bombilla y voy a comprar comida preparada que, aunque cara (5,40€ por una porción de ensaladilla rusa) ha sido un acierto y pan (0,35€), me resuelve el problema de los cambios. Los cambios me han resuelto el problema de la comida; así me puedo quedar a comer en la playa. Ahora, con cambios y comida, voy a un nuevo lugar que otro conductor de otra compañía me ha indicado y así me entero que el primero que va a Covas es a las 10:30h y está para salir pero, como quiero ir primero a Doniños, será una hora más tarde. Si lo hubiera analizado mejor, el de Covas me habría venido mejor. Como se verá.

Penúltimo dibujo
Como tengo tiempo, bajo la calle, meo y me pongo a dibujar desde una estatua, que hace de rotonda, una pequeña Torre con reloj (será porque la Torre del Reloj de A Guarda ¿no tuve tiempo de dibujarla? Y habría sido buen colofón del viaje). Un dibujo necesariamente mínimo, pues el siguiente bus no lo puedo perder. Esta torre se me tambalea un poco; muy acorde con mi situación de caminante, ahora semi viajero que ya utiliza vehículos públicos. He sacado fotos de la iglesia-¿catedral?

En autobús hacia las playas nudistas
Cuando se va acercando la hora del paso del autobús, doy por finalizado el dibujo y me voy a la parada. Llega el bus (1,20€). Otro chico ha montado conmigo pero no deja de hablar por el móvil. Pregunto al chofer por Valdoviños y me da otro horario y me dice que es a las 12:30h y que se coge en Correos. Decido seguir a Doniños y cojo billete hasta la playa de San Xurxo (este verano de 2011 conoceré a Xurxo en Mallorca) y tras verla, pretendo volver en el mismo bus a Doniños, pero este plan se desmorona nada más nacer. Llego a San Xurxo, tras pasar el bus por encima de Doniños, que me limitaré a verla desde arriba. Aunque es playa muy abierta, no tiene mala pinta y parece que dispone de dos zonas. A esta hora, parece que hay poca gente. El bus ha tardado más de media hora en llegar a San Xurxo y para coger el de regreso y llegar al de Valdoviños, no me va a dar tiempo. Decido empezar a andar en San Xurxo hacia Ponzos, que es la más nudista oficial del lugar. Después de tanta zozobra, con tantas dudas, tomar esta decisión me da tranquilidad. El del móvil sigue hablando con los amigos y no me atenderá hasta el final.

Con Luis pasando por San Xurxo
Ya bajados del autobús él se queda por allí y yo me voy con Luis Santamarina, que acaba de llegar a la playa de San Xurxo con su mujer. A él le gusta caminar y a ella estar tumbada, así que, una vez instalados, me voy con él a pasear. Me orientará magníficamente. San Xurxo es una playa tranquila en más de media circunferencia, ya que las tres playitas que quedan al fondo (¿al norte?) tienen tres nombres diferentes. Tiene una zona de dunas que, muy probablemente, se use para practicar nudismo, pero la playa es muy urbana, con mucho paseante de orilla, y no demasiada gente. Me gusta. Luis, me dice, “antes iba a Doniños pero, desde que hicieron la carretera, va mucha más gente y San Xurxo está mejor y es más tranquila”. Se ha dado crema protectora para acompañarme por la orilla. Me recomienda la zona nudista de Ponzos a la que puedo llegar por carretera, desviándome por unos apartamentos horrorosos de más altura, que contrastan con las casas de dos alturas de la zona; que luego coja un camino que él conoció sin asfaltar. Le hablo de mi viaje y él de las intenciones que tiene de iniciar un camino a Santiago en Saint Jean-Pied-de Port. Le recomiendo que lo inicie en Sait Palais, como yo, pasando por la confluencia de caminos, la estela de Gibraltar. Me despido de Luis y le agradezco su información.  Al otro lado, dos socorristas juegan a pala: “¡cómo vigilais a los ahogados!”, les digo. No responden con humor. Al llegar al camping, saco foto general de San Xurxo.

Me desvío y cojo carretera estrecha entre villas y pregunto a un chico que me orienta bien, pero me precipito y salgo a un camino que desaparece y me lleva a caballerizas. Él me había dicho que cambiara en la rasante. Por ese error salgo a Santa Comba.


Un hombre se está poniendo el calzoncillo tras la puerta de su coche y me dice: “cualquiera de las dos playas es buena”. Me dice que tengo que volver a subir. Ya que estoy allí, voy a la orilla con intención de darme un baño, pues hay poca gente, pero decido llegar al final de la playa y allí saco una foto del conjunto. Santa Comba es una de las playas con arena más fina que he conocido. Me ha gustado mucho.



Buscada playa nudista de Ponzos
A continuación hay otra pequeña playa que, con la subida de la marea se está quedando en la mínima expresión (sin arena). Y ya me meto en la zona de aparcamiento de coches para Ponzos ¡Está hasta los topes! Veo FSS y no se me ocurre nada.


La primera visión de Ponzos, me agrada. Es una playa en que, la primera parte es para textiles y la segunda para nudistas, pero por la orilla hay trasiego y rebasamiento. No parece preocupar la mixtura a la gente. Empiezo a ver los primeros desnudos, una mujer gruesa desnuda pasea por la orilla.

A media playa, me desnudo y doy el primer baño del día; no lo hacía desde ayer en Moledo. Me voy secando hasta el final de la playa. No hay mucha gente y la mayoría estamos desnudos.

Paseando con Andrés
Tras darme un segundo baño y pasear por la orilla, me cruzo varias veces con Andrés y, a la tercera, lo abordo y le pregunto si prefiere pasear solo o acompañado. Me dice que siempre pasea solo porque a su mujer, de Bilbao, no le gusta pasear. Ahora la está esperando, pero podemos caminar hablando  hasta que ella llegue. Con todas estas explicaciones ya estamos caminando juntos y seguimos hasta la señal de playa nudista, que será el referente para darnos la vuelta en nuestro caminar. Daremos varias vueltas. Su queja primera es que él respeta el espacio textil, pero los textiles no. Yo le digo que cada uno tiene su momento, que yo no fui nudista hasta los 35 años, que muchos sienten envidia pero no se atreven, el peso de la cultura les reprime y, nosotros, con nuestro ejemplo de naturalidad, somos incitadores. Le digo lo que pasa en la Zurriola, urbana y somos cuatro gatos los que nos desnudamos; le cuento la historia con Miguel y la intervención de la policía, como en Oslo, en país tan “liberal” y mi intención de ir a Valdoviños, por si tenía ocasión de ver a Bosco. Me dice que Valdoviños está más al norte y que hay caminos para llegar, pero que está muy lejos. Estoy muy bien en Ponzos, así que me quedaré aquí. Andrés cojea algo, pues se le van cargando las rodillas. Tiene que andar, pero no le conviene forzar porque le fallan; el trabajo tan sedentario que tiene le obliga a hacerlo, su gusto y su tendencia a engordar mandan. Llega su mujer, la bilbaina, no me la presenta, nos despedimos y ellos se van a su zona, no demasiado alejada de la zona de desprendimientos de piedras.

Mi último dibujo de este viaje
Yo me voy a la mía, más central, más a la orilla, tras acompañarles. Hablo con otros y dibujo. Será el último dibujo del año; hasta enero de 2008 no volveré a coger el Moleskine en Matalascañas, mi primer viaje con el Imserso. Un chico se interesa por mis dibujos, los ve, le gustan y nos damos un baño juntos y nos despedimos; él también suele ir a Insua. Vuelvo a mi sitio, termino el dibujo, me doy el último baño, me visto y me voy hacia la rampa de salida.

Doro y Nano
Allí están Doro, con la funda de un alfanje y Nano con el alfanje de plástico. Hablo con Doro y le digo que han hecho muy bien en repartirse la espada y la funda; así pueden jugar los dos con un sólo juguete. Doro repite al amigo lo que le he dicho. No se cree que vengo andando desde Andalucía y yo me planteo cómo se lo hago creer. Le enseño mi diario, le enseño mis dibujos; ninguno son una prueba fehaciente de mi viaje y, cuando estoy en ello, aparece una niña y un padre protector que, me supongo, viene mosqueado porque estoy hablando con los niños. Les estaba diciendo que cuando ha atacado Nano, Doro tenía que haberse hecho el muerto. Me despido de los cuatro y sigo mi camino. Esta llegada del padre protector, también se producirá, aunque con niñas algo mayores, llegando a Tarifa en 2008, como se verá  (con foto) y os contaré.

Una pequeña cura
Al agarrarme a la barandilla para salir de la playa, me clavo una astilla y recurro a Miguel, el socorrista, quien, con unas pinzas y agua oxigenada, me la saca y limpia; tengo la sensación de que algo ha quedado dentro. Miguel me dice cómo llegar a Covas y, al retroceder, veré desde arriba las caballerizas y me servirá para hacer una reflexión sobre mi visita a las playas próximas a Ferrol, que eran el objetivo de esta parada en mi regreso a casa.

Foto de la ensenada de Covas.
Las playas de Ferrol
Doniños la he visto de lejos, desde el autobús, y poco puedo decir de ella. San Xurxo me ha gustado y también el paseo que he dado con Luis Santamarina y toda la información que me ha dado. Las tres playas siguientes, ya de Covas, las he visto de lejos; en realidad son continuación de San Xurxo, aunque las separan rocas, son pequeñitas, pero, por detrás, creo que corresponden al camping; o quizás el camping coja la parte final de San Xurxo, no lo puedo asegurar. Me ha gustado la finura de la arena de Santa Comba, que me ha hecho recordar a la duna móvil de Amorosa; pero, donde más he disfrutado ha sido en Ponzos, por el tipo de nudismo que allí se hace y porque se ha cumplido el objetivo que yo me había marcado al venir aquí.

Un hórreo muy antiguo
Cuando voy por la carretera estrecha, entre casas, veo un hórreo retejado, pero aunque me parece falso, decido sacarle foto. Unos perros lobo, alguno suelto, no me dejarán fotografiarlo a gusto. Interviene una mujer, que los hace callar, y me explica el lugar idóneo para la foto, pero como ya me parece que la primera puede tener calidad suficiente, no vuelvo a sacar otra. La señora también me dirá que hay otro hórreo cercano, pero no conseguiré verlo; que éste, restaurado, es de los más antiguos de Galicia; yo le creo, pero el retejado no le favorece; quizás habría que haberle hecho un retejado nuevo con tejas viejas en buen estado de conservación. Para culminar la faena, la señora me dirá dónde está la parada del autobús.

Como es lógico, en Galicia, no pedir ribeiro, sino cerveza belga
Como llego con tiempo de sobra a la parada, entro en el bar Viana Mar (seguimos en Covas) y tomo una cerveza negra belga Grimbergen; más por la oportunidad que se me ofrece de probarla, que por lo que a mí me guste la cerveza y, además, es cara (1,90€) y tiene un sabor extraño. Pregunto con qué tipo de cereal está hecha, pero la chica no me lo sabe decir pero, al menos, me confirma el lugar de la parada y la hora en que pasa el bus por allí.

Autobús a Ferrol (regreso tras pasar el día en Ponzos)
Poco después de llegar a la parada pasará el bus en dirección ascendente, tardará un tiempo en aparecer de nuevo, cinco minutos después de las 19:00h. Veo FTB y se me ocurre Fútbol ( pero le sobraría la "l" final). El bus viene casi lleno y sólo tengo dos asientos libres para elegir. Opto por ir junto a José y le cuento mi visita a las playas, el motivo por el que en 2006 no las vi y el viaje de este año, muy resumido. José va a A Coruña y se baja antes, así que tendré dudas de donde bajar. Oigo al chofer decir Zahara, pero me doy cuenta de que se refiere a Zahara-2. Sigo adelante, hasta que veo la torre del reloj que he dibujado esta mañana y allí me bajo. Retrocedo al Zahara para que me orienten en la localización de la habitación para esta noche. No está la misma recepcionista de ayer y la de hoy me remite al chico de la barra, que tampoco es el que esta mañana me ha hecho el croquis de la situación de las playas. El barman me propone La Madalena o El Edén y elijo el paraíso, para el primer intento. Mientras me ha saludado el chico de la cocina.

Buscando El Edén
Al llegar me atienden la chica de la barra y la dueña. Pido la habitación más barata que tengan y me piden por ella 20€ y ni regateo. Cuando he dicho que sí, la mujer va a consultar al dueño ¿marido? Él me mira y da su aprobación. Veo que ha habido una indecisión quizás producida por mi aspecto y mis dos mochilas; si en Matosiños me confundieron con un inmigrante o un indigente ¿por qué aquí va a ser distinto? Visto lo cual, daré muestras para que confíen y les hablo de mi viaje y de mi dormida en Zahara del día anterior. La habitación es magnífica y la ducha mejor: el agua pega con fuerza en las cervicales. Escribo y bajo a cenar a las 20:10h

Una cena gallega. La última
Como unos mejillones al vapor riquísimos y bacalao fresco rebozado y frito. Los dos primeros trozos los como tal cual están y tengo problemas para comerlo a gusto por las espinas; así que me tomo la molestia de quitar las espinas a los otros dos trozos y ya, libre de ellas, disfruto más comiendo los dos lomos sin cuidado. Así los disfruto más. De postre, tarta de requesón. Mientras en la tele está el programa de Sobera, con preguntas al concursante, pero también ganan o pierden otras personas que están con él en el panel. Me resulta atractivo, pero no me apetece que me enganche. En el programa que acaba de finalizar, Las tardes de... una mujer ha quedado por ladrona; pero ha llegado la hora de finalizar el programa y no ha tenido ocasión de desmentirlo. Lo comento con otro comensal de la mesa de al lado y está de acuerdo con mi opinión, pero no es galego, como creía, sino ucraniano. Le hablo de lo que yo vi en Kiev, de mi baño en el Dnieper y él me dice algo sobre Rusia, que no logro entender. Le han sacado el lacón asado con patatas, pero le llaman al móvil y sale a la calle para hablar. Fuma como un carretero, dos paquetes al día, y, de vez en cuando, entra para dar algún bocado. Se le va a enfriar. Cena a ráfagas. Me ofrece tabaco. Tiene una hija, pero no sabe dónde; eso le crea ansiedad, que mitiga con humo. Le dejo terminando de cenar y me dirijo hacia el teatro Jofré, ya que ofrecen algún espectáculo gratuito.

Teatro Jofré con Soschtakovich
Hago una parada para hablar por teléfono con mi yerno, Josu (0,70€), y le cuento mi día en playas de Ferrol. Lander sigue con la diarrea, que no remite, y Julen actúa el viernes en el Seminario con la musika-eskola a las seis. Trateré de llegar. En el Teatro Jofré hay Cameralia 07, un Festival Internacional de Música de Cámara de Galicia, a celebrarse del 25 al 28 de Xulio. Hoy es el primer día, es gratuito y, por los nombres  de los intérpretes, veo que son catalanes (ellos dirán que de Barcelona). Primero tocan Haydn y después viene en el programa Debussy, pero dan explicaciones sobre las razones que les han llevado a sustituir la segunda por Soschtakovich, su concierto 110. La primera de Haydn ha sido muy buena, con sonidos muy nítidos, la cuerda suena con limpieza, se ve que es un grupo que está muy compenetrado. Pero Soschtakovich me emociona. Primero dan explicación de autor y contexto en que la obra se produce: un alegato contra las guerras y a favor de la libertad de expresión, que había quedado tan deteriorada por la política de Stalin (que estaba resultando un segundo Hitler). Pareciera como si ya Soschtakovich fuera consciente de la proximidad de su muerte y sería su testamento, su punto final; pero luego llegarían años de mucha y creativa producción compositiva (esto último me lo dirá el tercer componente, el de la coleta, al finalizar la actuación). La foto la he sacado finalizando el tercer tiempo de Haydn. Las que he sacado del teatro, antes de empezar, me han salido muy oscuras. Resulta un espacio muy grato, pero no lo puedo presentar. Al salir, agradezco a la responsable del teatro y luego a los componentes 3º y 4º y al organizador. También a la azafata. En el primer concierto la vecina de detrás da cabezadas pero, al menos, no ronca. Los espectadores están bien duchos en conciertos y aplauden cuando deben aplaudir. Un señor aplaudirá de pie al final de todo el concierto. Para mí, ha sido un magnífico concierto y un regalo y, la segunda parte, ha sido el mejor regalo colofón para este verano magnífico. Posiblemente sea un concierto, el de Soschtakovich, que se programe en muy pocas ocasiones. A ver si lo pregunto cuando llegue a mi tierra. En la sala de camerinos hay tres o cuatro sombreros negros en una percha, la tele en marcha pero con música poco potente. Me han agradecido la asistencia y prometen que el de mañana será un concierto escepcional; pero yo no podré asistir y, además, no creo que sea mejor que el de hoy.  A la salida, veo como por detrás del edificio salen los responsables del teatro y de la organización. El concierto ha durado menos de una hora.

Una noche en El Edén
Regreso hacia el Zahara y pido, al que me dio de cenar ayer, una copa de aguardiente blanco (1€). Espero que no me dé dolor de cabeza. Al llegar al Edén, sobre las 23:00h, saludo a la chica de la barra y subo a la habitación; me quedo escribiendo hasta las 00:20h. Había mucho que narrar. Dejo la colcha, pero la vez que me levanto para orinar y beber agua, la quito pues pesa mucho y da demasiado calor. Duermo muy bien y he dejado dicho que me despierten a las 7:00h. Confirmado.



Regreso a casa 1 56(116) A Guarda-Ferrol

FIN DE MI VIAJE POR LA COSTA

Regreso a casa 1 56 (116) En Galicia:
A Guarda-Santa María de Oia.


Una familia destrozada
Pago 1,10€. El chofer me confirma que me parará, pero me dice: “ya no funciona como restaurante, al menos, ya no está el cartel anunciador”. Con esta mala noticia, dudo qué hacer, pero decido visitar a la familia, objeto de mi parada en Oia. Llego, bajo y me acerco a la parte de la casa (el restaurante estaba por la parte de atrás) y sale la mujer. Me pregunta si fui yo el que les envió una postal por Navidad; yo ya ni me acordaba. Veo a los niños, conozco al chiquitín (no recordaba si niño o niña) y le doy mi regalo. Les veo muy tristes.

Al poco de pasar yo y comer allí el año pasado, de regreso a Baiona, donde terminaría mi periplo por el Norte, fueron denunciados y les obligaron a cerrar el local. Aquel día habíamos visto perder el liderato del Tour a Oscar Pereiro (ver mi paso de este año entre Luz de Tavira y Olhão) en la etapa contra el reloj pero, más tarde, se descubrió que Landis se había dopado, le habían desposeído del título, y se lo habían restituido a Pereiro. Yo venía a celebrarlo. ¡Vaya chasco!

Están haciendo los preparativos para irse toda la familia a Almería, donde el marido encontró trabajo de camionero (otra experiencia más para el valiente legionario y hostelero), que no es la primera vez que ejerce esa profesión. Empezará en setiembre en El Ejido. La niña es vergonzosa, pero la hermana mayor y el mediano son muy majos, espero que se adapten bien todos a su vida en Andalucía, que no les entre la morriña. Al rato, llega el marido. Todo el tiempo que hablo con él, el tema base es: “lo mala que es la gente” y “lo mal que se hacen las cosas”; él lo valora así, desde su experiencia. Me cuenta el proceso: El Concello le dio permiso de habitabilidad de la casa y permiso para poner el restaurante; alguien denunció, precisamente la vecina que ellos cuidaban de su piso vacío, entre semana, mientras ella no estaba; les denunció por ruido y humos. Finalmente el Concello le quitó al edificio el permiso de habitabilidad. Él estaba pagando la hipoteca y dejó de pagar ¡que le echen! Ahora el no está en disposición ni de escucharme, ni de ofrecerme algo. En vista del panorama, tomo la decisión de bajar a Santa María de Oia y comer. Él me baja en coche y le invito a un vermouth; le pido que me deje en Turismo y nos despedimos. “¡Que tengas suerte en El Ejido!”

Comida en Casa Henriqueta
La encargada de Turismo, me confirma que el bus a Baiona es a las 14:30h y decido hacer una comida rápida en el Mesón Casa Henriqueta, que me da buenas sensaciones y, además, no dispongo de tiempo para ir a buscar otra cosa. Como ½ de pulpo y jamón asado con patatas fritas, Contesa y descafeinado, que, con el vino y el pan, entran en el menú de 10€ que pago con Visa-Lector 10. Muy bien la relación calidad-precio. Como me sirven rápido, me da tiempo a escribir.

A Baiona para ver el Cruceiro con baldaquino
No tengo que esperar mucho a que llegue el bus. Pago 1,60€ y me siento solo pero en asiento de dos. En la siguiente parada, o en la otra, sube Rubén y quiere pagar con 50€; como el chofer no tiene o no quiere cambiarle tanto dinero, se dispone a bajar y perderlo, esperar al siguiente o quedarse allí, así que le llamo rápido y le digo que ya le pago el billete. Pago (1,10), vuelve a montar y seguimos juntos hasta Baiona, que es a donde él se dirige. Rubén ni agradece, ni nada, es de pocas palabras y va pensativo. Cuando voy a bajar en la parada ya conocida por mí, porque fue allí, en ese momento, cuando acabó mi caminada el año pasado de 2006, él también se dispone a bajar en el mismo sitio y bajamos juntos.

Intenta que le den cambios en un bar y se niegan. Tanto el BBVA, como una de apuestas, etán cerrados. Compra un helado y me devuelve los 1,10€ adelantados. Me pregunta si voy a la playa y le digo que no llevo bañador y es playa muy urbana y, además, que mi objetivo al venir no era la playa, sino ver el Cruceiro con baldaquino del que nadie me habló y no vi el año pasado.





Nos depedimos y voy hacia el cruceiro que, lo que tiene de novedoso es, efectivamente, el baldaquino. “Sólo hay dos de estas características en toda Galicia”, me dirá una viandante.





Para sacar la foto, tengo problemas, de nuevo, con los coches; no se meten bajo el baldaquino porque no hay sitio. Regreso al BBVA y saco 100€, ahora ya con una comisión razonable (0,40€) y voy a la parada de autobús.











Autobús Baiona-Vigo para coger el tren a Ferrol
El autobús llega a las 15:30h y pago 2,10€. Me fijo al llegar a Panxón para ver si veo el Templo Votivo del Mar, pero pasamos muy alejados de él. Una mujer que va sentada al lado, muestra interés por mi viaje. Va a Vigo para ver a su nieto al Hospital; tiene cuatro años y está con neumonía. Yo le comento que a mí acabaron dándome la vacuna neumocócica pero siendo adulto. Al pasar por Nigrán es cuando veré, muy a lo lejos el templo construido por el arquitecto Palacios, antes buscado. Llegamos a Vigo y me despido de ella: le deseo que su nieto se cure pronto. Corro hacia la estación, ya que no sé a qué hora tendré tren.

Tren Vigo-A Coruña (largo recorrido)
No recuerdo cómo lo hice, pero lo cogí sin tener que esperar mucho, con tarjeta dorada (7,50€) con Visa-lector 10.


Al pasar cerca de Redondela veo la Illa de San Simón, pero ni me enteraré de la ciudad. No me extraña, porque voy hablando con Sara Inés Volpe, una uruguaya a la que también le gusta hablar, tanto como a mí. El marido le dejó estando en su segunda gestación “¡de la noche a la mañana!”, dice. Los hijos, siempre que hablaban de él de niños, decían: “algún día lo iremos a buscar”. Tiene estudios en Uruguay para la Educación infantil, pero no se los convalidan. En Ferrol ofrece Calidad de Vida y Terapia alternativa; tratamientos de Digitopuntura, Cervicales, Estrés, Depresión, Conflictos personales, Reiki. Su hija estudia ahora en Dublín y su hijo es un buen deportista que participa en alguna selección de Vigo (no recuerdo en qué deporte), parece que puede tener futuro y están agilizando los papeles para la obtención de la nacionalidad española. Ella era activista de base y su marido de “pacotilla”, un niño bien de los que hacen revolución de café. Ahora hace terapias y se forma en Reiki. Es muy agradable y se entusiasma con mis dibujos (los que le mando los tiene colgados en un corcho en su despacho. Me mandó foto con ellos). Le gusta lo que le cuento sobre los niños de la guerra del 36 en Rusia. Me pregunta sobre ETA y le doy mi opinión sobre el nacionalismo exclusivista que defienden, poco o nada respetuosos con la riqueza de la interculturalidad. Antes de bajarse en Santiago, me brinda la oportunidad de bajar con ella, ya que tiene una cama alquilada que se le ha quedado libre porque le ha fallado una amiga. Hoy víspera del Santo, se celebra una gran fiesta nocturna, con espectáculos de luz y sonido. Pero yo no estoy para esos jolgorios; prefiero lo que tengo intención de hacer. Le hablo de Sergio, Cereijo, Filipe, de Carlos Iglesias, del Foro Ciudadano Irunés y la utopía que perseguimos y de mis aficiones, en las que estoy en proceso de formación. Le doy mi e-mail y ella me da el suyo y sus señas en Vigo que, después, cambiaría a Chapela y, ahora, de nuevo, vive en Vigo. Me despido de Sara, con la conciencia de haber hecho una amistad, que se reafirmará en el tiempo. Cuando me quedo solo, me pongo a escribir el diario; si no, tantas cosas que contar, se me desbordan por la cacerola en ebullición. Como no acabo de contarlo todo, sigo escribiendo en la estación de A Coruña.

Tren regional A Coruña-Ferrol.
Me cuesta 3,05€ que también pago con Visa-Lector 10. Un vendedor sudamericano vende conservas en una mesa muy completa que se ha montado en la propia estación; dice que en Irun vendió poco, “allí la mayoría de la gente prefiere el Topo”, dice. Me temo que montaría la mesa en la Estación de largo recorrido y no en la de cercanías. En Información confirmo la hora de salida del tren a Ferrol y el andén; con un cuarto de hora de adelanto me monto en el tren que ya está preparado y cerciorándome que es el que va a Ferrol. “¿Encontraré pensión barata y con cena?”, me pregunto. Observo que hay mucha gente que va en la otra dirección, hacia Santiago. Entre la gente que espera  en el mismo andén, elijo la alternativa de subir al vagón; las otras eran: una chica joven que espera a amigos que van a Santiago con ella, pero que no llegan; tiene dolor de cabeza y le ofrezco una Aspirina de las mías (no he tenido que tomar ninguna en los 56 días), pero prefiere quitarlo con los cascos de música (para ella debe ser el método mejor). La otra alternativa era el vendedor peruano que vende productos navarros y riojanos. Adiós muchachos. En el tren hace fresquito. Una señora lee periódico, y la que entra tras de mí, que también lee, se pone un chal protector. No conversamos hasta que me doy cuenta de que no he cancelado el billete. Me dice que no es necesario. Pero, nada más arrancar el tren, la primera señora se da cuenta de que se ha confundido de tren; pretendía ir a Santiago. Alertada la revisora, le va a informar, cuando llegamos a la primera parada. Yo con mi afan de ayudar, casi la obligo a bajar, pero la revisora le hace subir por otro vagón. Yo creía que era la solución lógica, la que yo habría elegido, pero la revisora le propone otra opción mejor. La primera era bajarse e ir en taxi a la estación, de la que no se había alejado mucho; al volver a subir al tren las opciones se le reducen y, finalmente, opta por ir a Santiago en taxi. Lo último que a mí se me habría ocurrido. Con motivo de este acontecimiento ya tenemos escusa para ponernos a hablar la señora del chal y yo. Se interesa por mi viaje pero, por poco tiempo, ya que se tiene que bajar en Betanzos-Infiesto. Luego el tren cambia de dirección y yo también me reoriento al frente. Llegaré a ver, más o menos, el lugar aproximado donde estaba el albergue de Miño, donde estuve durmiendo solo en 2006, pues los del grupo andaluz, que no cabían en Neda, aquí menos. Cuando llego a Ferrol, en Feve cojo horarios para Oviedo y Santander.

Noche en Ferrol en Zahara
Pregunto a un señor por un lugar en que me den cena y alojamiento y los dos primeros que veo no tienen cama; así que me dirijo al centro y, con ayuda, encuentro Zahara (sin Atunes, que ésa vendrá en 2008), donde por 25€ (con Visa-Lector 10) me dan una habitación muy luminosa (por la mañana) con tres hermosos ventanales en 4º piso y que me ha dejado en la mitad de su precio. Perfecto. Lo malo es que mañana, día de Santiago, está la pensión al completo y la tendré que dejar. Me prometen ayuda para buscar otra. Dejo la mochila y bajo al bar a cenar, con los horarios de Feve, para pasado mañana; pero me dejo las gafas, así que no podré ver nada. Como una tortilla de patata muy jugosa y rica y unos choricillos asados con patatas fritas, y flan (8€) que pago en metálico. Me doy una vuelta. Anuncian teatro, pero no parece interesante; dicen que gratis. Ya decidiré mañana. Parece más un lugar de copas ¿Será café teatro? Tampoco he cogido jersey y estamos en el norte, así que la vuelta que me doy, por la misma calle del hostal, será rápida. Abro un poco el abanico, ampliando el recorrido por peatonal arriba y vuelvo a bajar a la calle del hostal. Me acuesto sin ducharme; ya me estaba adormilando en el tren. Pongo la tele por ver si dice el pronóstico del tiempo para mañana y pasado. Pero la hora ya ha pasado. No sé a qué hora he llamado a Vera (0,60€). Me han dicho que mañana hará nublado pero que acabará en bueno. La luna que ayer vi desde el saco en cuarto creciente, hoy ya ha cogido forma de balón de rugby. Duermo muy bien y no me levanto más que una vez a orinar.

Etapa 56 (116). Caminha-A Guarda

Etapa 56 (116). 24 de julio de 2007, martes (3ª feira). Caminha-A Guarda.

Última vez que guardo el saco y la esterilla
Me levanto para las seis. Por el fondo, he oído el sonido de la máquina que criba la arena de la playa, entre la zona en que estoy y la zona más fluvial y, aunque estoy protegido en la duna, prefiero marcharme temprano, con idea de coger el primer transbordador. Para las 6:10h ya estoy en marcha y, el limpiador, me saludará al partir. Un hombre, con un perro, está en la pasarela pero, como no quiero bordear el camping, sigo por la playa haciendo el recorrido de ayer por la mañana.



Último carimbo en Portugal
Siendo tan temprano, dudo si ir a donde los GNR a pedir el carimbo del último día, pero un viandante me anima diciendo: “tiene que haber alguien de guardia”. Al llamar, sale un guarda somnoliento, pero no me recibe con mala cara, me pone el carimbo, la fecha y me invita a café.

Pone en el carimbo: Guarda Nacional Republicana, su escudo con muchas ramas con hojas (¿de laurel?) entre S. y R. Brigada Fiscal. Grupo Fiscal do Porto. Dest. Operacional de Caminha. Les traigo saludos de los GNR de Vila Nova de Milfontes. Si hubiera tenido algo para empapar, alguna galleta, habría aceptado su café, pero como no es así, agradezco y me voy hacia el ferry para saber la hora del primero: “A las 8:00h”, me dicen.

Me decido a sacar fotos de la igreja, que está siendo rehabilitada, y me cuesta encontrar un ángulo por encima de la valla, para que salga algo decente.









Luego la rodeo por la calle, con estandartes medievales, que desemboca en el largo de la Torre del Reloj.












Saco foto de una puerta lateral, ya recuperada y sin andamios, de la iglesia; y voy a desayunar a la padaria pastelaria Virgen de Fátima; tomo mi descafeinado con leite y un milhojas muy liviano, que se deshoja, con cositas ricas y algo más compactas por cima. Pago (1,50€) y escribo.







Pasando de Portugal a España
Sin forzar la marcha, me dirijo al transbordador.



Previamente saco el billete (0,60€) y espero en la pasarela a que desembarque un camión cisterna; lo hará con parsimonia. Montan dos coches y yo soy el único pasajero que viaja de pie. Saco foto al paso de islotes del Minho. Ya estoy en aguas internacionales y llegando a Galicia, cambio de país:





G A L I  C I A








Buscando el Concello de A Guarda
Desembarco y camposancos va quedando a la izquierda, aunque la carretera, en su desvío, lo indique más arriba. Llego a la estación de autobuses, pero se ve que no funciona. Me vienen bien sus retretes, donde meo, cago y lloro. Llegando al Centro de Saude, veo a dos mujeres que vienen hacia mí y me dispongo a preguntar, pero se cruzan con otra que va hacia donde ellas vienen, y se paran a hablar.

Aprovecho que baja otro chico, le pregunto y me acompaña hasta el Concello, que está en una plaza muy bonita (¡lástima  que tanto coche aparcado estropee la foto!), la plaza del Reloj. La encargada de recepción me remite al primer piso, donde me sellan (ya no carimban) la credencial: Concello A Guarda. Pontevedra y un escudo coronado ¿con barco y castillo? Un chico me informa de autocar a Oia, se trata de José Carlos y nos enrollamos con mi viaje, el tema de la emigración (emigró a Suiza en los años sesenta), le hablo de Carlos Iglesias (que le hace mucha gracia cuando le ve en la tele), y nos podríamos haber pasado horas si José Carlos no hubiese tenido cositas que hacer. Siente gran aprecio por los vascos, porque somos objeto de ataque de todo el pueblo español. “Un pueblo vilipendiado”, dice. Me indica dónde está la parada de bus y la biblioteca.

De compras y a la Biblioteca para ver mi correo electrónico
Saco foto de la plaza del Relój, que sigue atestada de coches, que no dejan verla bien. ¡Los coches son la peste en las ciudades! Voy a una juguetería y compro un regalo de cinco cochecitos de plástico (11,95€) que pago con Visa, para regalar en Oia. En la biblioteca, la responsable me dice cómo me tengo que inscribir y puedo usar el e-mail. Leo y borro el mensaje de virus que me ha enviado Sara, tras decírselo a la bibliotecaria, quien no le da importancia. Aprovecho para decir a mis hijas que ya estoy en Galicia. Otro a Helena de Tróia, diciéndole que terminé el camino sano y salvo. Borro casi todo y la encuesta de RBA ya la responderé en Irun. Philippe me dice la fecha en que viene con Aurel a mi casa. Nos conocimos en Cantabria-Asturias cuando hacían el Camino de Santiago por la costa y luego vi a Philippe el último día en Muxía, cuando al día siguiente volvía a Santiago para coger avión a Lyon. En diciembre le visité tres-cuatro días en su casa de Lyon, con motivo de celebrarse una reunión sobre la Carta Europea de los Derechos del Hombre en la Ciudad, de la que Irun es firmante, junto a las otras vascas, Donostia, Gernika y Vitoria-Gasteiz y otras muchas de la península y más europeas. Duraba tres días y me invitó dos más para ver el espectáculo de “La Lumière”. Ahora, en agosto, vienen: Philippe con intención de hacer un tramo del camino de Santiago, hasta Burgos, por la noche, El Camino de las estrellas, y Aurel le acompaña con su coche, para servir a la logística (suministro de agua y otros materiales) ya que es un camino que requiere mucha parafernalia. Fue la última ocasión en que vi a Philippe. Aurel, volvió al año siguiente para hacer el camino a pie nude (descalzo). ¡Qué caminos tan distintos al mío! Aurel ha seguido viniendo los años posteriores y se ha quedado alguna noche a dormir en mi casa, aprovechando que hacía algún cursillo con escuelas de surf del sur francés. El último año, 2011,  falló. Tras escribir un rato en mesa redonda baja, para niños, voy hacia el autobús con celeridad, ya que he apurado demasiado el tiempo. Uno de los que esperan, me dice: “si le dices al chofer te parará en El Duke Blanco” y, cuando llega el autobús y me subo a él:

FIN DE MI VIAJE POR LA COSTA